Este proyecto, desarrollado para una empresa Fintech, organiza el espacio a través de tres
escalas: volúmenes de uso; nichos y umbrales; y piezas de mobiliario especial.
En una planta libre de 972m2, de un edificio de oficinas sobre Av. Del Libertador, el espacio se configura a través de polígonos diagonalizados. Las diagonales abren y cierran espacios y perspectivas hacia el Río de la Plata. Estos polígonos se materializan en forma de salas cerradas, cambios de solados, tabiques y cortinas. Un segundo orden, de cielorrasos y luminarias, integra estos sectores en áreas compartidas mayores.
Los vértices de los polígonos se traducen en curvas que suavizan los encuentros y la circulación a través de la planta. Desde la perspectiva que se obtenga, la mirada siempre irá a buscar la continuidad de la curva y fluirá de esta manera con el resto del espacio. Esta operación se replica en los umbrales de paso hacia las salas y los nichos de encuentro, enfatizando una acción que consolida la identidad del espacio y la empresa. Como tercera y última operación, el mobiliario responde, a través de su morfología, a un uso y función específicos: coffee, daily meet, foco, recepción, entre otros. De esta manera, el mobiliario se corresponde con la totalidad mayor a la que pertenece.
En lo que respecta a la organización de estas tres escalas, el espacio parte de un open work space central, delimitado a lado y lado por salas de reunión, y transiciona hacia las áreas públicas y de menor concentración hacia los extremos. Los requerimientos de uso técnicos y de back office se ubican sobre el núcleo, liberando la planta para los usos de mayor versatilidad.
Los materiales elegidos siguen tres premisas, la transparencia- presente en la implementación de mallas metálicas, la síntesis- aplicada en el mobiliario a través de las piezas monolíticas lisas y la utilización de materiales de superficie continua, y, por último, una paleta cromática preestablecida por la identidad de la empresa y sus colores institucionales.